Acabemos con el maltrato infantil
Trabajamos con amor y alegría sin detenernos hasta que toda la niñez y juventud de Puerto Rico tenga vidas libres de violencia, y disfrutando de sus derechos.
Trabajamos con amor y alegría sin detenernos hasta que toda la niñez y juventud de Puerto Rico tenga vidas libres de violencia, y disfrutando de sus derechos.
Atender, prevenir y erradicar el maltrato infantil en Puerto Rico a través de una escala de programas innovadores, cambios en políticas públicas y la capacitación y asistencia técnica.
Cada dólar que donas a la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud de Puerto Rico es una inversión en el bienestar y desarrollo de nuestra niñez y sus familias.
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La prevención es la receta. Por eso, nuestros programas trabajan brindando servicio directo a la niñez y la juventud, pero también a sus familias y comunidades. Desde la niñez temprana hasta jóvenes adultos, estamos ahí para apoyarles y empoderarles.
Trabajamos para garantizar más y mejores políticas públicas enfocadas en apoyar la niñez y sus familias. Los esfuerzos de abogacía y movilización desde el 2017 han estado centrados en la transformación del sistema de bienestar infantil y apoyo a las familias a través de la derogación de la actual Ley 246 y el establecimiento de una nueva ley de bienestar infantil que apoye desde la prevención de familias. En el 2023 se logró aprobar una nueva ley producto de los esfuerzos de abogacía de nuestra organización y otros actores claves para el cambio.
Brindamos capacitación y apoyo a agencias gubernamentales, proveedores de servicios, y otros profesionales de entidades públicas y privadas. Nuestras capacitaciones están basadas en prácticas informadas por evidencia y módulos de perspectiva de derechos de la niñez.
Erradicar el maltrato infantil y juvenil en Puerto Rico es totalmente posible. Un vistazo rápido a los datos de protección y bienestar infantil de Puerto Rico nos siguen colocando panoramas que requieren acción colectiva urgente en temas como la educación, salud y la atención y prevención de la violencia.
Podemos insistir en la mano dura, pero la violencia seguirá en espiral hasta que no se entienda que dado el alto nivel de factores de riesgo que enfrenta la mayoría de la niñez y juventud, un ecosistema robusto de servicios integrados de prevención y fortalecimiento familiar basado en la comunidad es imperativo para asegurar su bienestar.
Ese ecosistema debe construirse desde la corresponsabilidad y considerar inversiones en la niñez desde edad temprana. La inversión en programas dirigidos a la niñez temprana tiene un retorno de inversión significativamente más alto que cuando se invierte más tarde. Por cada dólar invertido en la niñez temprana, se recuperan de 4 a 9 dólares por niño, según los estudios del Premio Nobel de Economía, James Heckman. La evidencia demuestra un alto rendimiento de inversión pública en estos programas, pues beneficia no solo a la niñez, sino también al desarrollo económico y la seguridad pública.